Son varias las consecuencias nefastas que traería una posible falta de producción de soja en nuestro país. Por citar algunos puntos, casi todos los productos de la canasta familiar están ligadas a la soja, sin contar los exclusivamente caseros: la carne de cerdo (la alimentación de estos animales es con balanceado de soja), el aceite nacional (se fabrica de soja), la leche y sus derivados (vienen de vacas que consumen balanceado soja), el pollo (se alimenta de balanceado de soja), la harina y sus derivados (que si bien su materia prima es el trigo, este se produce casi exclusivamente como rotación de cultivo de soja porque no deja ganancia); en caso de que se saquen todos estos productos de la canasta básica, Paraguay literalmente quedaría sin alimento.
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A esto se suma que en caso de que estos productos dejen de venderse en los supermercados se produciría una hiperinflación disminuyendo el poder adquisitivo que tenemos, sin contar que la exportación sojera es uno de los reguladores del precio del Dólar Americano en el mercado.
Según como se plantea por sectores ideológicos y políticos, la campaña de desprestigio de la soja es una «satanización» de la oleaginosa, la cual carece de fundamentos y que tampoco existe un plan de contingencia para producir un rubro alternativo.
Cabe remarcar que el precio de costo de la producción de soja en nuestro país, mueve aproximadamente 3.000 millones de Dólares que circulan en prácticamente en todas las ciudades y sin este movimiento el Estado dejará de percibir unos 300 millones de Dólares en concepto de impuesto (específicamente IVA).
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