Ricardo es un niño cuya historia refleja la realidad de muchos infantes de nuestro país, ayer domingo mientras debía de haber estado jugando en casa o mínimamente cobijado bajo un techo debido a la lluvia y el frío que caía sobre Encarnación, su duro destino le enfrentaba diciéndole que no tenía derecho alguno.
Quizá cabizbajo y sin mucho que reclamar salió temprano de su casa para vender naranjas en los barrios periféricos de Encarnación. Oriundo de Santo Domingo caminó varios kilómetros hasta llegar al complejo habitacional del barrio Itá Paso donde estuvo recorriendo prácticamente todo el día.
Cuando un vecino le consultó porque está trabajando un día domingo, este respondió: “A mi mamá le agarró un derrame y mi papá se fue de la casa, tengo que trabajar para ayudar a mi familia”, respondió.
[responsive_youtube https://www.youtube.com/watch?v=H5tCe_s4yuI&feature=youtu.be]
Esta mañana fuimos a buscarlo en su vivienda del barrio Santo Domingo y al llegar una hermana nos dijo que Ricardo estaba vendiendo limones por el centro, al intentar hablar con la madre enferma esta se negó debido a que no tiene dominio sobre sus emociones a causas del derrame que sufrió, explicó.
La misma cuenta con serias secuelas del accidente ya que no puede caminar y tampoco tiene movilidad en su brazo izquierdo. La cruda realidad de esta familia dice que mientras algunos quedan a cuidar la casa, otros deben de salir buscando alguna alternativa para la subsistencia.
En la mañana de este lunes mientras Ricardo se encontraba trabajando, su madre estaba recorriendo las dependencias de la Municipalidad de Encarnación solicitando algún tipo de ayuda para su familia.
Este medio no se hace responsable ni partícipe de las opiniones vertidas por los usuarios de esta sección. Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.